Efectos de la reorganización curricular por ciclos en los colegios estatales de Bogotá D.C.
Informe de investigación
2014
El IDEP dispone, para aprovechamiento por parte de las comunidades educativas y de las autoridades de la educación, una caracterización sobre el sentido, las prácticas y los efectos de la acción de los colegios estatales de Bogotá en sus estudiantes, familias, comunidades y contextos. El estudio que el IDEP presenta en esta publicación ofrece resultados sobre el impacto de la política de reorganización curricular por ciclos (RCC), emprendida hace varios años como acción deliberada de la Secretaría de Educación de Bogotá para poner a su escuela a tono con las demandas de la época y con las edades e intereses de las y los estudiantes. La RCC, concebida en la línea que desde el plan de Desarrollo Bogotá Sin Indiferencia (2004-2008) procura la atención de la educación en clave de derecho, fue asumida como acción específica de política educativa en el marco del plan distrital de desarrollo Bogotá Positiva: para vivir mejor (2008-2012) y de su plan sectorial Educación de calidad para una Bogotá Positiva. Luego de un ejercicio por la transformación de los ambientes educativos y las prácticas académicas, que llevó a adelantos significativos en materia de construcciones y dotaciones; alimentación, salud y seguridad escolar; formación docente y resignificación de la pedagogía con fuerte énfasis en lectura y escritura, en identificación de campos de pensamiento para trascender las áreas, en tomar la ciudad como escenario de aprendizaje y en proyectar articulaciones del preescolar con el grado 1º y de la educación media con la superior y con el mundo del trabajo, en 2008 se pasó a proponer una reorganización curricular por ciclos con la que, como se dijo en el momento, se buscaba desarrollar “de manera integral los aspectos cognitivos, afectivos, de relaciones interpersonales, psicológicos y sociales propios de cada edad para formar personas felices, autónomas, y ciudadanos corresponsables con la sociedad y la ciudad”, soportándose, para lograrlo, en “la autonomía escolar y… la capacidad de cada colegio para ser artífice de su proyecto académico”.






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